¿Qué está sucediendo en la política mexicana? Por un lado
tenemos que Enrique Peña Nieto es el Presidente que ha tenido tan baja
aprobación; en tanto que, a nivel de partido político, el PRI ya es rebasado
por el PAN en la contienda presidencial para el 2018… y en Tamaulipas, el
gobernador electo, ya inaugura un discurso gubernamental autoritario. ¿Alguien
conoce a la democracia? ¿Acaso la ciudadanía?
La política en todas partes la hacen los ciudadanos
porque la soberanía radica en el pueblo; y la ejercen a través de su voto,
eligiendo a sus gobernantes. Como es imposible tener una democracia al estilo
de los griegos, hoy en día los partidos políticos son quienes actúan como
intermediarios, como organizadores de los ciudadanos según sus creencias
políticas.
Sin embargo, hay una realidad política: los partidos
políticos tienen secuestrados a la sociedad, una burocracia partidista se ha
adueñado de las candidaturas y hay un divorcio: los partidos ya no representan,
vamos pues, a sus representados, pero eso sí, a los intereses de cúpula. Por
eso, EPN lleva en su caída al PRI, porque no representa ni defiende los
intereses priistas, pero si los de su grupo político.
Así, con este escenario, se puede explicar que
gradualmente a partir del año 2000 se gestó un despertar ciudadano: salió a
votar y lo hizo por el PAN, primero por Vicente Fox y luego por Felipe Calderón.
EPN no entendió, creo que ni entenderá, a la sociedad que ambiciona un gobierno
más comprometido, por eso ya la sociedad le da la espalda: la encuesta del Reforma
así lo describe para la elección del 2018: PAN, 27%; PRI, 22%; Morena, 18%;
Independientes 11% y PRD solo un 6%.
Ese despertar ciudadano es el que hizo trizas al PRI el
pasado 5 de junio. Fue una diferencia de 200 mil votos con los que el PAN se alzó
con la victoria. Ese despertar ciudadano es el que, en este momento, está
siendo testigo de cómo Francisco Javier García, al dirigirse a los Presidentes
Municipales, Síndicos y Regidores en un curso de capacitación, les dio una
muestra de que hará un gobierno autoritario.
Autoritario porque en el gobierno municipal el que
gobierna es el Cabildo, integrado por el Presidente, Síndicos y Regidores; que
es el que toma las decisiones trascendentales y corresponde al Presidente su
ejecución. Y, en esa ocasión, el gobernador electo les pidió a los síndicos y
regidores que no se sintieran como un Presidente, que no jugaran a eso. En
pocas palabras: permiso para que el Presidente haga y deshaga a su antojo. Los
miembros del cabildo proponen, debaten, analizan y acuerdan, dice la ley.
Y es que el mensaje para los Síndicos y Regidores es para
que los diputados, entiéndase los del PAN, no se olviden que hay un gobernador;
que será, al mismo tiempo el líder real de su partido, a semejanza obvio del
PRI. Con ese discurso, hagan de cuenta, que Francisco Javier García inaugura su
estilo personal de gobernar: vertical, de arriba hacia abajo, entiéndase, su
palabra será una especie de ley, una regla, para medir la disciplina
partidista. ¿Sera capaz de emular a los priistas?
Si no me equivoco en mi apreciación de que el gobernador
electo ya descobijo su estilo de gobernar, que será al estilo del PRI, es un
claro indicio de que no entiende el despertar ciudadano, ese que le dio el
voto, porque ya estaba hastiado del PRI-Gobierno, de la corrupción, de la
impunidad, de la improvisación y el nepotismo. Para que las cosas cambien, han
dicho hasta la saciedad, tiene que cambiar la actitud, el comportamiento, la
forma de hacer política.
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