martes, 2 de agosto de 2016

LOS ENEMIGOS DE PEÑA NIETO.

Por el título, es para pensar que los enemigos de Enrique Peña Nieto, del PRI, como de los gobernantes emanados de ese partido político, que son el pueblo, los maestros disidentes, los padres de los normalistas desaparecidos, pero no: a ojos vistos, en este momento, son otros los enemigos: el clero político y, obvio, los patrones que exigen normalidad para hacer sus tareas de comercio, de industria, etcétera.


Y la verdad es que, ninguno de esos son los enemigos de Peña Nieto y del PRI. No, porque con todo y que la iglesia se diga traicionada, no puede negar que por sexenios han sido cómplices o van de la mano en buena parte de las políticas públicas; y lo mismo se puede decir de los empresarios: el gobierno les da todo y hasta le reclaman.


No, los enemigos de Enrique Peña Nieto, como de los gobernadores emanados del PRI, son ellos mismos, los mismos priistas, la misma clase política en el poder: engolosinados por el poder, por los múltiples negocios y riquezas que concentran, no se dieron cuenta que estiraron hasta lo último la confianza y la credibilidad social.


La confianza mata, dicen, y creo que gobernantes como Enrique Peña Nieto y Egidio Torre Cantú, ya se dieron cuenta: confiaron en una burocracia partidista; que les informo que todo caminaba bien, que la gente seguía confiando, creyendo pues, en los priistas y sus candidatos. Y la verdad se conoció en el 5 de junio: al menos en Tamaulipas los vientos de cambio lograron la alternancia.


Para la historia quedara el gobierno de Egidio Torre Cantú como el ultimo, después de 86 años, vestigio priista. Tamaulipas se resistía a ser azul o amarillo. Ahora, para estos días, incluso ya se prevé la instalación de la Comisión para la entrega recepción. En esto, ya Gilda Cavazos trabaja a marchas forzadas, tal y como lo hicieron buena parte de las Secretarias que, confiadas, esperaban el triunfo de Baltazar Hinojosa Ochoa.


Las ineficiencias, la irresponsabilidad, la ausencia de sentido común, la soberbia y hasta la ambición son los enemigos de Enrique Peña Nieto. Y es que ya, el clero y los empresarios claman; unos traición; los otros, simplemente, gritan “Ya basta”. EPN empezó bien el sexenio con sus reformas; de pronto, las ambiciones personales, hicieron que se movieran piezas que hoy traen a colación una especie de ingobernabilidad.


La iglesia católica se dice traicionada. Sí, porque siempre han ido de la mano, dicen, en cuestión de políticas públicas. Y de pronto, el Presidente que se saca de la manga eso de las bodas gay; algo que va, o es, contrario a la iglesia católica. Por eso, en las últimas elecciones, orientaron, dirigieron el voto antipri. No son enemigos fáciles. Más de un presidente lo sabe.


Y los empresarios, junto con el clero, son los últimos enemigos que acaban de ponerse enfrente de Peña Nieto: ya no tiene amigos. La cuestión es: ¿Para quién gobiernan? Y solo hay una respuesta: no lo hacen para el pueblo, que cada día es más pobre; no para el clero, que se siente lastimado; no para los ricos, que ya se sienten ultrajados en su riqueza… gobiernan, en todo caso, para la ambición personal. Es lo único que les interesa.


¿Quién gobierna México? Formalmente el Estado, es decir, Enrique Peña Nieto como Presidente, los diputados y senadores, y los Magistrados del Poder Judicial. En otra visión, siempre nos dicen que gobiernan los “Poderes Reales” o “Poderes Facticos”, en la medida que son, digamos, beneficiarios del ejercicio del poder. Pero si ellos, como la iglesia y los empresarios están enojados, no es porque haya muchos beneficios para el pueblo.


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