Siempre, en casi todos los eventos partidistas, hay una
tremenda oportunidad de conocer a los políticos, sobre todos a aquellos que
desean ser gobernantes. Y así sucedió con la visita que hizo José Antonio Meade
a la capital tamaulipeca: su discurso es, vaya pues, siguiendo un manual para
llegar a la audiencia, en este caso a los priistas. La cuestión, siguiendo a
Castell, es si el receptor está dispuesto a recibir y a asimilar el mensaje. Si
hay, o no, interés.
En el 2000 hubo alternancia en el ejercicio del poder.
Vicente Fox logro sacar al PRI de Los Pinos; y buena parte de los expertos y
analistas, coinciden en que logro motivar, entusiasmar, a los electores porque
les dijo, efectivamente, lo que querían escuchar: hastiados de los mismo, la
corrupción y la impunidad, creyeron en un discurso del cambio en el ejercicio
del poder.
“CAPACIDAD DE ENTUSIASMAR”.
José Antonio Meade Kuribreña estuvo poco tiempo con los
priistas tamaulipecos. Llego al aeropuerto capitalino y ahí lo recibió un grupo
de distinguidos priistas, luego dio entrevistas a los canales de televisión, se
reunió con empresarios y tuvo un breve encuentro con la militancia, aunque a
decir verdad, debió ser con los consejeros, con los que van a elegirlo
candidato presidencial. Pues bien, poco tiempo, para dejar un discurso que no
llama la atención, no porque sea malo, es bueno, pero la historia diría que es
demagogia.
En principio, Meade hace un perfil de quienes deben ser
los candidatos a senadores y diputados federales por el PRI, que no es su
partido: tienen que tener capacidad de emocionar y entusiasmar, vocación de
servicio, trayectorias limpias, porque, asentó, la militancia quiere
respuestas. Claro el mensaje, más si es de un candidato de un partido que en la
entidad perdió el poder.
“SACAR LA ESPINA”.
“¡Ayúdenme! ¡Nos vamos a sacar la espina!, con estas
expresiones Meade pretendió “emocionar”, “entusiasmar” a los ahí presentes. Sin
embargo, quienes tienen que asumir ese compromiso, por un lado son Sergio
Guajardo Maldonado, la estructura y operadores, así como aquellos que, pronto,
serán nominados como candidatos al Senado o a una diputación: y ahí, presentes,
estaban todos: Edgar Melhem, Enrique Cárdenas, Mercedes del Carmen Guillen
Vicente, Baltazar Hinojosa, Ramiro Ramos, en fin, priistas que ostenta, la
mayoría, cargos partidistas o que son legisladores actuales.
Quienes sean los candidatos (alcaldes, diputado federal o
a senador) serán el motor, el detonante, para que la estructura electoral
partidista pueda obtener votos. Y lo harán en un escenario, por primera vez
adverso: los operadores ya no podrán, por ejemplo, apoyarse en servidores
públicos para levantar lista de “promovidos”; ahora las harán, no me cabe la
menor duda, los vientos de cambios… porque ya vimos que, casi en todo, tratan
de emular los priistas.
PROMESAS SIN CUMPLIR.
Cuando Meade es entrevistado sobre la situación que
prevalece en la entidad, la que tiene que ver con la seguridad pública, apunta
que el único camino inicial es quitar el dinero a los corruptos y a los
delincuentes. El gran problema es que, esas promesas, son reiterativas de los
candidatos priistas y, en la práctica, no las cumplen y, además, multiplican
los casos de corrupción como de impunidad. Convertirlo en realidad, ir a la práctica
y dejar atrás el discurso bien que sirve para ganar votos.
Las medidas para evitar la corrupción, los abusos de
autoridad, como el enriquecimiento inexplicable de los servidores públicos son
ampliamente conocidas: transparencias, controles y rendición de cuentas. El
problema, la cuestión, es que la opacidad en estas políticas dirigidas a
empoderar a la ciudadanía, no funcionan: los órganos para hacer cumplir estas
políticas responden a los intereses gubernamentales, de la camarilla que
gobierna, y no de la población. Los gobiernos, por costumbre, son opacos y
eluden la rendición de cuentas… y las complicidades de los tres órdenes de
gobiernos son evidentes.
MARGARITA: VISITA DE DOCTOR.
Este jueves Victoria tendrá otra visita: a de Margarita
Zavala, que viene a reunir más y más firmas de apoyo. Ya rebaso el número de
apoyos requeridos, pero hay dos elementos que no puede soslayar: que en la
validación pierda algunas y que, además, tienen que estar repartidos en 17
entidades federativas. Rosita Uribe Mora es quien, en la capital, coordina y
apoya a la cónyuge del panista Felipe Calderón: estará, dice, desde las 10:30
am hasta las 13 horas en la plaza del 8 Hidalgo.
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