martes, 16 de enero de 2018

COALICIONES: REPARTICIÓN DEL PASTEL POLÍTICO.

El sábado pasado se terminó el plazo para integrar coaliciones en Tamaulipas. En los días previos se filtró la formación de una megacoalición con el PAN a la cabeza; replican la nacional, se agregaban dos partidos más: el Verde y el PANAL, estos últimos tradicionalmente aliados del PRI. Al final, no hubo nada de eso, por lo que –creemos-, Sergio Guajardo Maldonado respiro tranquilo.


Tal y como están concebidas las coaliciones en la legislación mexicana, en la práctica, es una forma de distribuirse las partes de un pastel conocido como poder. Lo vemos en el frente del PAN-PRD-MC: el PAN se queda con la candidatura presidencial, el PRD con la candidatura en CdMx y, hasta donde se sabe, el Movimiento Ciudadano tendrá el liderazgo legislativo en una de las Cámaras.


ESTRATEGIA DEL PAN.
La explicación de Nicolás Maquiavelo sobre el poder cabe perfectamente con lo que está sucediendo en Tamaulipas: quien tiene poder, quiere conservarlo y, además, acrecentarlo. Esas es, ni más ni menos, la estrategia que está siguiendo Francisco Elizondo Salazar como líder del PAN en la entidad. Es el operador de la coalición con el PRD y con el MC, es quien la convierte en realidad.


Y ya formalizada la coalición, ya se supo que abarca 23 de los 43 municipios. El PAN lleva mano en 22, es decir, que pondrá al candidato a la presidencia municipal y se queda con la mayoría de los síndicos y regidores; en tanto que el Movimiento Ciudadano se queda con Aldama. Y el PRD esta tan debilitado que, en coalición, no tiene ningún candidato municipal, tendrá, eso si, regidurías. El PAN, obvio, busca consolidar su poder político municipal.


PRI y VERDE, SOLOS, SOLOS.
Sergio Guajardo Maldonado, del PRI, como Patricio King López del Verde, ya están mas que sentenciados: van solo en la lucha por el poder en Tamaulipas. El caso del PRI es complicado en razón a que, ahí donde gobierna, digamos caso concreto de Matamoros, Victoria y Tampico, la oposición se prepara para recuperar la plaza. En el caso de Victoria, si Oscar Almaraz no busca a reelección, se da por hecho que Xicoténcatl González se alce con la victoria…ni como pensar que Nayma Karina Barquierena haga el milagro; si hará, por decir, restarle votos al PRI.


Y el caso del Verde, como ya lo anuncio King López, van solos. Quieren medir fuerzas y determinar hasta donde pueden consolidar una que otra posición. Difícil que gane una alcaldía; quizá pueda obtener una que otra regiduría en el sur o en la frontera norte. La única posibilidad, a la vista, es que Magdalena Peraza, la actual alcaldesa porteña, se anime a buscar la reelección y un membrete a la mano es el del Verde. El PAN quiere todo y hace su juego.


LAS CARTAS DE MORENA.
Según se van dando los hechos, visto el escenario, en la elección 2018 el PRI en Tamaulipas puede ser la tercera fuerza política: la primera es obvio, será el PAN; la segunda, MORENA, en razón al efecto de Andrés Manuel López Obrador… porque, además de las encuestas, uno observa como en los grupos y redes sociales (preferentemente el WhatsApp) predomina el voto a favor del Peje… así, en esa coyuntura, los triunfos que pueda obtener en la entidad dependerán del candidato, de su capital político.


En la práctica, formalmente, aun no se ven las cartas de MORENA en Tamaulipas. Hay, eso si, declaraciones de unos y otros. Sabemos, por ejemplo, que Lalo Gattas será el candidato a la alcaldía capitalina; pero hay misterio, indefinición, respecto al resto. Aunque ya Américo Villarreal Anaya, el cardiólogo, volvió a reiterar que ambiciona ser el Senador Moreno. ¿Cuál será la suerte de Felipe Garza, la de Erasmo González o la de JR? El poder de convocatoria, de unos y otros, es para llevarles votos a AMLO y ganar espacios de poder para MORENA.


CANDIDATOS CALADOS.
El PRI de Sergio Guajardo Maldonado tiene un talón de Aquiles: no tiene dinero. Y parafraseando al Profesor Carlos Hank: partido pobre, es un pobre partido. De ahí que, en este escenario y circunstancias, lo mejor que le puede suceder a su partido es que aparezcan candidatos que, por su condición normal, sus relaciones políticas y económicas, puedan tener capacidad de ganar una elección, es decir, candidatos calados y con muchas posibilidades de ganar. Así es como aparecen: Enrique Cárdenas y Álvaro Villanueva.


Álvaro Villanueva y Enrique Cárdenas tienen capital político, el gusanito de la política y del poder no les es extraño, amén de que ambos tienen una carrera política que incluye haber sido alcalde y diputado local, en el caso de Enrique, hasta líder partidista. Así que, si este esquema se repitiera en algunas ciudades, Sergio Guajardo Maldonado –júrelo- brincaría de gusto, le ayudarían a resolver un problema de candidaturas como de potencial para ganar una elección.


HUERFANO DE PODER.
Los augurios para el PRI de Sergio Guajardo no son buenos: quienes han sido beneficiados del poder vía el partido, unos han abandonado el barco, como sería Felipe Garza Narváez y Ramón Garza Barrios entre otros; y los que quedan, en la práctica, no quieren invertir en la política partidista… y solo, si, solo por un factor: no quieren arriesgar, en tanto que saben que no es seguro el triunfo y, por ende, la inversión puede ser a fondo perdido… no hay, pues, mecanismo de recuperar la inversión. A esto, obvio, hay que agregar las acciones del gobernador, de alcaldes panistas y del propio partido, por consolidar su poder.


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