El sábado pasado se terminó el plazo para integrar
coaliciones en Tamaulipas. En los días previos se filtró la formación de una
megacoalición con el PAN a la cabeza; replican la nacional, se agregaban dos
partidos más: el Verde y el PANAL, estos últimos tradicionalmente aliados del
PRI. Al final, no hubo nada de eso, por lo que –creemos-, Sergio Guajardo
Maldonado respiro tranquilo.
Tal y como están concebidas las coaliciones en la
legislación mexicana, en la práctica, es una forma de distribuirse las partes
de un pastel conocido como poder. Lo vemos en el frente del PAN-PRD-MC: el PAN
se queda con la candidatura presidencial, el PRD con la candidatura en CdMx y,
hasta donde se sabe, el Movimiento Ciudadano tendrá el liderazgo legislativo en
una de las Cámaras.
ESTRATEGIA DEL PAN.
La explicación de Nicolás Maquiavelo sobre el poder cabe
perfectamente con lo que está sucediendo en Tamaulipas: quien tiene poder,
quiere conservarlo y, además, acrecentarlo. Esas es, ni más ni menos, la
estrategia que está siguiendo Francisco Elizondo Salazar como líder del PAN en
la entidad. Es el operador de la coalición con el PRD y con el MC, es quien la
convierte en realidad.
Y ya formalizada la coalición, ya se supo que abarca 23
de los 43 municipios. El PAN lleva mano en 22, es decir, que pondrá al
candidato a la presidencia municipal y se queda con la mayoría de los síndicos
y regidores; en tanto que el Movimiento Ciudadano se queda con Aldama. Y el PRD
esta tan debilitado que, en coalición, no tiene ningún candidato municipal,
tendrá, eso si, regidurías. El PAN, obvio, busca consolidar su poder político
municipal.
PRI y VERDE, SOLOS, SOLOS.
Sergio Guajardo Maldonado, del PRI, como Patricio King
López del Verde, ya están mas que sentenciados: van solo en la lucha por el
poder en Tamaulipas. El caso del PRI es complicado en razón a que, ahí donde
gobierna, digamos caso concreto de Matamoros, Victoria y Tampico, la oposición
se prepara para recuperar la plaza. En el caso de Victoria, si Oscar Almaraz no
busca a reelección, se da por hecho que Xicoténcatl González se alce con la
victoria…ni como pensar que Nayma Karina Barquierena haga el milagro; si hará,
por decir, restarle votos al PRI.
Y el caso del Verde, como ya lo anuncio King López, van
solos. Quieren medir fuerzas y determinar hasta donde pueden consolidar una que
otra posición. Difícil que gane una alcaldía; quizá pueda obtener una que otra
regiduría en el sur o en la frontera norte. La única posibilidad, a la vista,
es que Magdalena Peraza, la actual alcaldesa porteña, se anime a buscar la
reelección y un membrete a la mano es el del Verde. El PAN quiere todo y hace
su juego.
LAS CARTAS DE MORENA.
Según se van dando los hechos, visto el escenario, en la
elección 2018 el PRI en Tamaulipas puede ser la tercera fuerza política: la
primera es obvio, será el PAN; la segunda, MORENA, en razón al efecto de Andrés
Manuel López Obrador… porque, además de las encuestas, uno observa como en los
grupos y redes sociales (preferentemente el WhatsApp) predomina el voto a favor
del Peje… así, en esa coyuntura, los triunfos que pueda obtener en la entidad
dependerán del candidato, de su capital político.
En la práctica, formalmente, aun no se ven las cartas de
MORENA en Tamaulipas. Hay, eso si, declaraciones de unos y otros. Sabemos, por
ejemplo, que Lalo Gattas será el candidato a la alcaldía capitalina; pero hay
misterio, indefinición, respecto al resto. Aunque ya Américo Villarreal Anaya,
el cardiólogo, volvió a reiterar que ambiciona ser el Senador Moreno. ¿Cuál
será la suerte de Felipe Garza, la de Erasmo González o la de JR? El poder de
convocatoria, de unos y otros, es para llevarles votos a AMLO y ganar espacios
de poder para MORENA.
CANDIDATOS CALADOS.
El PRI de Sergio Guajardo Maldonado tiene un talón de
Aquiles: no tiene dinero. Y parafraseando al Profesor Carlos Hank: partido
pobre, es un pobre partido. De ahí que, en este escenario y circunstancias, lo
mejor que le puede suceder a su partido es que aparezcan candidatos que, por su
condición normal, sus relaciones políticas y económicas, puedan tener capacidad
de ganar una elección, es decir, candidatos calados y con muchas posibilidades
de ganar. Así es como aparecen: Enrique Cárdenas y Álvaro Villanueva.
Álvaro Villanueva y Enrique Cárdenas tienen capital
político, el gusanito de la política y del poder no les es extraño, amén de que
ambos tienen una carrera política que incluye haber sido alcalde y diputado local,
en el caso de Enrique, hasta líder partidista. Así que, si este esquema se
repitiera en algunas ciudades, Sergio Guajardo Maldonado –júrelo- brincaría de
gusto, le ayudarían a resolver un problema de candidaturas como de potencial
para ganar una elección.
HUERFANO DE PODER.
Los augurios para el PRI de Sergio Guajardo no son
buenos: quienes han sido beneficiados del poder vía el partido, unos han
abandonado el barco, como sería Felipe Garza Narváez y Ramón Garza Barrios
entre otros; y los que quedan, en la práctica, no quieren invertir en la
política partidista… y solo, si, solo por un factor: no quieren arriesgar, en
tanto que saben que no es seguro el triunfo y, por ende, la inversión puede ser
a fondo perdido… no hay, pues, mecanismo de recuperar la inversión. A esto,
obvio, hay que agregar las acciones del gobernador, de alcaldes panistas y del
propio partido, por consolidar su poder.
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