Este año vamos a elegir al Presidente de la Republica, a
los diputados federales y Senadores; y en Tamaulipas a los 43 alcaldes. Así que
acudiremos a las urnas, claro, espero que seamos más del 57% que voto en la
elección pasada. ¿Cómo decidimos nuestro voto? ¿Sirven de algo, para decidir,
las campañas políticas, sus mensajes y ataques mediáticos entre unos y otros?
Bien que sabemos, todos, que hay un buen número de
ciudadanos que no ejercen su derecho de votar. Y quienes lo sí lo hacen, por lo
regular, en las investigaciones han develado los motivos que los inducen a
votar a favor de uno u otro candidato o partido político. Aunque, yo desearía,
que todos votáramos en razón a una ideología, no por la persona, menos por la
despensa o la tarjeta de débito.
DERECHA E IZQUIERDA.
Inicialmente la sociedad electoral se dividió en dos
tendencias: la derecha y la izquierda. Y que al momento de aparecer los
partidos políticos, de abrirse la oportunidad de elegir a los gobernantes, la
división natural gira en torno al paradigma capitalista, que es de derecha, y
el comunismo/socialismo, que es de izquierda. En realidad esta distinción se
explica cómo derecha la postura de la continuidad y la izquierda de ir por un
cambio.
Claro, esa distinción, en ideas fue cambiando en la
medida que aparecen más y más partidos políticos, para luego modificar el
escenario o entorno de como emitir el voto. En el caso de México, por decir, el
PAN y el PRI son de derecha; en tanto
que el PRD, PT y Morena, entre otros, se pueden identificar de alguna manera
como parte de una izquierda dividida, pulverizada por las visiones pragmáticas
que tienen sus dirigentes.
VOTO CLIENTELAR.
Durante años se conoció que el PRI tenía un voto duro,
que era de los ciudadanos que estaban identificados con su vida y forma de
hacer política. Voto duro que fue disminuyendo al paso de los años y
elecciones; hoy en día, a ese voto duro, se le llama clientelar, porque son
ciudadanos que emiten su voto en función a los apoyos que el partido en el
poder les proporciona, es, para muchos, el uso electoral de los recursos
públicos.
Antes y durante las elecciones los partidos en la
oposición lanzan mil y una acusaciones. Por ejemplo, AMLO les dice a los
ciudadanos que ya no reciban frijoles con gorgojos y si los reciben, que el
voto es secreto, que voten el candidato que les parezca mejor. La historia de
las despensas es un cuento de nunca acabar, como el de las tarjetas que
reparten algunos partidos y candidatos. Como quien dice, compran votos.
VOTO DE CASTIGO.
Cuando llega la alternancia, por lo regular, para
subestimar al partido triunfador y a su candidato, se afirma que hubo un voto
de castigo, al menos así lo dice el partido derrotado. Así, entonces, al voto
se le ve como una forma de referéndum al partido que gobierna. Por eso,
recuerden, Manlio Fabio Beltrones advirtió que en las derrotas parte de la
culpa la tiene el tipo de gobierno que se desarrolla. En pocas palabras, le
echo la culpa a Enrique Peña Nieto de las múltiples derrotas estatales que se
vivieron en el 2016, entre ellas, la de Tamaulipas.
VOTO UTIL.
Cuando fue la alternancia presidencial, en el año 2000,
Vicente Fox llamo a votar en contra del PRI. Se le conoció como voto útil: sin
importar, digamos, la ideología del partido o candidato. Es similar a lo que está
sucediendo en la presente elección con el Frente del PRD, PAN y Movimiento
Ciudadano: se entiende así porque, para muchos, es un frente antinatural en
virtud de que el PAN es de derecha y el PRD de izquierda, es decir, profesan
ideologías que se contrapuntean en su forma de ver y encarar los problemas
nacionales.
Este tipo de voto, en cierta medida, es como el voto
razonado: cuando el ciudadano emite, digamos, el voto según el candidato de su
preferencia: por decir, votar por uno para Presidente, quizá el Frente
PAN-PRD-Movimiento, para evitar que gane AMLO y que el PRI ya no siga en Los
Pinos; votar, el candidato del PRI a la diputación y por otro para alcalde.
Seria, así, un voto por la persona, no por el partido.
DILEMA ELECTORAL.
Cuando ningún partido político representa la oportunidad
para identificarse con algunos ideales, cuando los candidatos signifiquen más
corrupción e impunidad, porque ya no se les cree ninguna promesa, como decidir
el voto: pensar en el candidato menos malo para emitir el voto, porque eso es
lo importante, ejercer un derecho y, obvio, hay que buscar estar siempre
informado.
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