Estamos en elecciones, apenas en precampañas, pero ya han
sucedido uno que otro detalle que nos pone a pensar en los principios de la
democracia del INE y, en consecuencia, del IETAM. Han renunciado, se entiende
por presiones –motivos personales-, autoridades electorales, se está eligiendo
a un nuevo Consejero Presidente, y ya el tribunal electoral le enmienda la
plana al IETAM en la elección y designación de consejeros municipales.
La democracia tiene principios fundamentales,
universales, entre ellos la objetividad y la legalidad. Y por las
circunstancias, en determinados eventos sucedidos en el tribunal electoral como
en el IETAM, tengo la impresión que el primero está siendo provocando que la
legalidad manche el proceso. Obvio, el evento, es indicativo de que hay
quienes, efectivamente, piensan que no importan los medios con tal de conseguir
el fin.
EL ÁRBITRO.
En muchas de las cosas cotidianas se necesita un árbitro.
En lo personal, individual, el árbitro sin la menor duda es la moral, los
principios que rigen el comportamiento; en la esfera pública, es la ley y,
obvio, la calidad moral de quien aplica la ley: no olvidemos que la corrupción
esta entronizada en las esfera judicial y en la procuración de justicia, así
que ni modo de pensar que no sucede lo mismo en la electoral. La mejor
evidencia es que, partidos y hasta el mismo órgano electoral, viola derechos
políticos.
Así, en todo momento, el árbitro toma una importancia
relevante. Y en el caso electoral, el árbitro electoral organiza las elecciones,
revisa que los partidos políticos se ajusten a los principios democráticos,
toma sus decisiones –el deber ser-, según lo establece la norma y velando por
la prevalencia de los principios políticos y cívicos. Por eso, nació el IFE,
luego el INE, para que el gobierno ya no fuera juez y parte.
LEGALIDAD, IGUALDAD, OBJETIVIDAD.
Los hechos demuestran que los actores políticos, sean de
unos u otros partidos políticos, incluso hasta del gobierno, tratan de hacer
valer el principio maquiavélico de que no importan los fines, si se alcanza el
poder. Y en todo proceso electoral hay elementos para validar que se violan los
principios democráticos, como la igualdad y es entonces que el árbitro, de
manera objetiva, haciendo valer la legalidad, entre otros principios, que tiene
que poner orden.
¿Pero qué sucede cuando el árbitro, tal y como sucede en
el futbol, no es objetivo y además se olvida de la legalidad? Porque eso es lo
que está sucediendo en el IETAM, al menos es lo que se desprende de la última
resolución del tribunal electoral, que anulo el nombramiento de consejeros
municipales y ordena, como quien dice al IETAM, que reponga el procedimiento y
haga valer, prevalecer pues, los principios democráticos. Algo, sin la menor
duda, está podrido en Dinamarca.
NO PRACTICAN LA DEMOCRACIA.
Al IETAM les quitan un “Secretario Ejecutivo” desde el
INE y luego el Consejero Presidente renuncia: creo que nunca conoceremos los
motivos por los que Jesús Eduardo Hernández Anguiano presento su renuncia, ni
las de su Secretario Ejecutivo. Sin embargo, para la vox populli, son
entendibles: no soportaron las presiones para atender recomendaciones y
orientar las decisiones.
Y por lo que acaba de suceder, de que el Tribunal
Electoral, revoca nombramientos en 9 municipios, lo más lógico pensar es que,
siguen las presiones, se atienden recomendaciones, porque es la única manera
para explicar que cometan errores de primaria… como no validar la cuestión de género
o de dar preferencia a ciudadanos con militancia partidista sobre aquellos que
no la tienen; o, incluso, hacer a un lado a ciudadanos con experiencia
electoral. Los consejeros actuales, encabezados por Tania Contreras, tienen
credenciales de conocimiento y talento: ¿Cómo es que siguen equivocándose,
arriesgándose a que les enmienden la plana? ¿A que los corran?
OBSTACULOS PARA LA DEMOCRACIA.
No avanza la democracia por varios motivos: los
ciudadanos no la practican de manera generalizada; los partidos políticos,
dominados por una burocracia partidista, cupular, violan constantemente los
derechos políticos de su militancia; y el gobierno, en todo lo que cabe, no
promueve las prácticas democráticas… y el árbitro electoral, que organiza y
valida el proceso electoral, está viciado, se olvida de los valores
democráticos que tienen que validar todo proceso electoral.
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